jueves, 20 de octubre de 2011

Gonzalito y la contaminación.

Gonzalito y la contaminación.
Por Francisco Mundo
Episodio 3 La Maestra.
Muy desgarbados, con las caras rojas llenas de sudor y mugre, llegaron los niños al salón después de un intenso recreo.  Muy animados aun y platicando en voz alta todas sus odiseas del descanso de media hora regresaron con las camisas fuera del pantalón, las manos sucias, algunas pelotas de fut en las manos llenas de tierra, los zapatos con las agujetas desabrochadas, las corbatas de lado y todos despeinados, oliendo a sudor se sientan en sus pupitres todos desgarbados y maltrechos.  La maestra los mira condescendientemente desde su escritorio con cierta alegría de verlos tan contentos aunque tan desaliñados después de tanto ejercicio.
Después de un rato la miran toda pulcra, quieta, impávida con su chongo de cabello arremolinado sobre su cabeza, sus lentes como de japonesita, su sweater chiquito, delgada, viste con su falda gris debajo de la rodilla y sus zapatillas negras de tacón bajito todas brillantes.  Sin embargo, siempre tiene un gesto sonriente hacia ellos, quizá porque le da gusto que sus alumnos estén tan contentos y con un descanso lleno de juegos en el patio de la escuela.
La Maestra Clementina nunca se casó, no tuvo hijos, se pasó la vida cuidando a su madre viuda hasta que murió también y ahora vive sola.  Siempre ha tenido un trato gentil, amable y cordial hacia sus alumnos a los que quiere y cuida dedicadamente; fue una alumna normalista destacada e inteligente, egresada con un alto promedio y diplomas de reconocimiento por sus estudios, siempre alumna responsable y entregada a sus deberes escolares que no le permitieron tener novio y a todos sus numerosos pretendientes que tenía por ser bonita, les negaba la oportunidad de cortejarla.
Sus alumnos la querían, la obedecían, no era una Maestra gritona ni impositiva y con ello se había ganado el cariño y respeto de todos, además de que sus enseñanzas estaban llenas de buenas intenciones.  Nadie la calificaba de cerrada e inflexible, sino de abierta y comprensiva, no negada a las nuevas costumbres y los avances científicos y cambios sociales aunque no dejaba nunca su aire un poco conservador y tradicional.
Con todo, los niños y las niñas la querían y no dejaban de obedecer sus órdenes que daba con voz suave y sin perder nunca el tono cariñoso.
-          “Veo que se divirtieron muchos mis niños…”
-          “¡Siiiiiiiiii Maestraaaaaaaaaaaaaaa!”
Contestaron las niñas todas primero porque los niños no tenían aliento después de andar persiguiendo la pelota alocadamente.
-          “Muy bien, ahora quiero que todos los niños se vayan a lavar las manos muy bien porque veo que las trajeron muy sucias del recreo, cuando regresen vamos a ver la clase de hoy que es sobre la contaminación.”
-          “¿La contaminación Maestra?” pregunta el gordito Rodolfito que no ha dejado de respirar fuerte y sudar corriéndole las gotas con tierra desde la frente.
-          “Si, la contaminación es un tema muy importante hoy en día y todos debemos de conocerla para no hacer cosas que dañen el medio ambiente y nuestros hogares.”
Coloca entonces en una de las paredes carteles de tela con ilustraciones grandes de un basurero, un barco petrolero encallado en una playa con un mar todo negro, una zona industrial con chimeneas despidiendo humo intensamente y unas calles de ciudad llenas de basura. Todos los alumnos ponen caras de desagrado y hacen gestos feos al ver los dibujos. Las alumnas más.
-          “La contaminación, niños, es “la alteración nociva del estado natural de un medio como consecuencia de la introducción de un agente totalmente ajeno a ese medio (contaminante), causando inestabilidad, desorden, daño o malestar en un ecosistema, en el medio físico o en un ser vivo.”
-          “¿Y que contamina ese estado natural Maestra?”, pregunta el gordo Rodolfito sin ni siquiera pedir la palabra ni levantar la mano.
-          “El contaminante puede ser una sustancia química, energía (como sonido, calor, o luz), o incluso genes. A veces el contaminante es una sustancia extraña, una forma de energía, o una sustancia natural.  La contaminación puede ser clasificada según el tipo de fuente de donde proviene, las cuales son: fuentes puntuales (aisladas y fáciles de identificar) y fuentes no puntuales (dispersas y difíciles de ubicar) O por el tipo de contaminante que emite o medio que contamina, por ejemplo contaminación atmosférica, hídrica, del suelo, genética, radioactiva, electromagnética, térmica, etc.”
-          “¿Y se contamina solita o alguien le echa la suciedad Maestra?” Volvió a preguntar Rodolfito de la misma manera.
-          “Rodolfito, para hacer una pregunta recuerda que debes de primero pedir la palabra levantando la mano y esperar a que te la dé…
-          “Si Maestra, perdón, pero es que estoy muy cansado del recreo, aunque juego de portero hoy me tiraron muchos pelotazos y Pepito dos veces me chutó el balón a la panza a propósito…”
-          “¡No se los tiré a propósito Maestra (responde hilarante Pepito para defenderse), lo que pasa es que está tan panzón que tapa toda la portería y nunca le puedo meter un gol, por eso lo ponen de portero!”
Todas las niñas sueltan una tremenda y generalizada carcajada.  La Maestra trata forzadamente de ocultar su risa y se tapa la boca disimuladamente.
-          “Silencio niños. Pero voy contestar a Rodolfito: “La contaminación es siempre una alteración negativa del estado natural del medio, y por lo general, se genera como consecuencia de la actividad humana.”
-          “Le apuesto Maestra que México es el país más contaminado, la barranca por donde está mi casa siempre está llena de basura…”, dijo muy seguro Pepito.
-          “Pues no te creas Pepito, El Instituto Blacksmith, una organización que no es del gobierno, monitorea la contaminación y realizó una lista de los países más contaminados del mundo, en el informe de 2007 figuran: Azerbaiján, China, India, Perú, Rusia, Ucrania y Zambia.”
-          “Pues también le apuesto Maestra que ese Instituto nunca ha pasado por mi casa…, mándele un correo a ese Smith para que se dé una vueltecita…”
Alumnos y Maestra dieron una modesta risa…
(esta historia continuará)

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