jueves, 25 de agosto de 2011

Carta abierta al circo Atayde

Carta abierta al circo Atayde.-
Un Viaje al pasado.-
 
Cuando era niño, en los años 60s, una de las costumbres familiares era la de ir al circo cada vez que se encontraba en la ciudad de Cuernavaca.  De todos los que llegaron en ese entonces, el que más gustaba era el circo Atayde.  La gente ubicaba ese nombre como sinónimo de circo.  Recuerdo que la gente decía “vamos al Atayde” y nadie tenía que decir que era un circo.
En esos años la ciudad y el país eran distintos. Las diversiones eran muy limitadas y la alta tecnología, la entonces existente, no se incorporaba a las diversiones. La vida transcurría en medio de la cotidianidad y el trabajo, la escuela, los tres únicos cines de la ciudad, una carpa de teatro que ocasionalmente llegaba a la ciudad y caminar por el zócalo.  Eso era todo en entretenimiento.  Por eso la llegada del circo representaba un acontecimiento inusual y bien recibido.
Recuerdo que no se colocaba ningún piso y caminábamos sobre la tierra del terreno donde se ubicaba.  Tampoco había baños portátiles. No había sonido electrónico sino una banda de música.  Nos sentábamos en tablas en la parte de arriba, no en sillas, por lo que imaginaba que era para el público una primera lección de malabarismo. Con todo, esperábamos ansiosos el inicio de la función.
El circo Atayde era un espectáculo y mi inocencia infantil lo absorbía todo.  Era en verdad una diversión no solo sana sino grandiosa.  Y lo era porque teníamos la oportunidad de ver animales de áfrica y otros lugares en forma extraordinaria, de reír con los payasos y de emocionarnos con los trapecistas que surcaban el aire de la carpa.
Al final nadie salía decepcionado. Los gestos de toda la gente se observaban despejados, conversantes, sonrientes.  El público que salía era otro del que entraba: no porque seguía la siguiente función, sino porque el mismo había pasado por risas, emociones, alegrías. Y todo eso, instintivamente, la gente sentía que valía mucho.
Después de 40 años, he vuelto al circo. Y lo hice visitando el actual circo Atayde.   Curiosa y singularmente, esperaba un circo como el de mi infancia.  Muy fuerte era el recuerdo para no asociarlo al presente.  Después de todo el tiempo, el Atayde no era para olvidarse.
Llevé mis botas de campo porque pensé que serían útiles al pisar la tierra o el tezontle de la entrada, pensé también en una lona para sentarme sobre las tablas de equilibrista que siempre ponían en las gradas.  Al llegar mi sorpresa fue grande.  Habían colocado piso de madera  en la entrada y también en los pasillos, en todos los lugares había sillas, baños portátiles, sonido dolby electrónico o algo que sonaba perfectamente sin ser estruendoso, iluminación multicolor, no había banda de música pero todo el lugar tenía una estética geométrica que cobijaba y daba confort.
La función ese día en el circo Atayde no era una simple función, era un viaje en el tiempo, al pasado que parecía no haberse borrado el día después de mi última visita al circo.  Solo era el día siguiente después de 40 años.   Sin notarlo mi emoción de niño estaba presente otra vez, tenía esa sensación que la gente sabía, valía mucho.
Esta vez iba bien armado.  Dos cámaras, una de video y otra fotográfica para tomar toda la función, con todos sus colores, alejamientos y acercamientos, para tomar todas las luces y los sonidos.  Y el viaje al pasado empezó.   Se apagaron unas luces y se prendieron otras solo para la pareja de mujeres en bello y suave, delicado como sencillo baile para después convertirse en dinámico equilibrio en las alturas, sorprendente serie de giros sobre dos aros metálicos perfectamente diseñados para las circunvoluciones.  Eso era atrapar el aliento de los espectadores que se alternaría con arrancarles la risa que no acabaría en dos horas más.
A excepción del receso intermedio, seguirían malabaristas,  un payaso multifacético excelente que me hacía recordar las mejores dotes de los polivoces y de Renato, el rey de los payasos, sorprendente el número de los cuatro caballos que obedecían muy bien a su domador, mucho más y mejor que unos niños del kínder a su maestra, el número de los caballos percherones que estuvo magnífico, el equilibrista de la cuerda floja que se movía como pirinola o el otro que se sostenía en una tabla sobre una esfera, luego sobre un cilindro, otra esfera, y otro cilindro, y otra esfera…. Y luego todo eso a varios metros del suelo en apenas un metro cuadrado…. Eso era simplemente cortar el aliento a todos los que estábamos abajo.
Todo lo filmaba, pero hubo un momento en que la emoción me ganó que olvidé la cámara y veía la capacidad, valor y destreza del artista de circo.  Llegué a imaginar todas las largas horas y los días, semanas y años de entrenamiento para poder hacer algo como eso en unos minutos de cortar alientos de cientos de espectadores allá abajo.
El circo no es un espectáculo, es una vida, una decisión de llevarla con todo el esfuerzo que ello exige, toda la dedicación, el gusto por saber subir a las alturas, por saber tener el espíritu y el temperamento para poder hacer reír a la gente, por poder dominar la física, por vencer el miedo, por lograr una salud que permita la agilidad, la fuerza y la coordinación, entre el mismo cuerpo y entre los compañeros para hacer una armonía en el movimiento que nos sorprenda.
Nosotros somos el espectáculo.  No lo es el artificio de un cine con trucos digitales, no una televisión con colores, no una revista con papel… nos sorprendemos de nosotros mismos, los humanos que logran el vencer el temor a una altura, de saber tener equilibro que pone en riesgo su propia vida y sale vencedor de esa posibilidad, de los humanos que logran domesticar a caballos y elefantes y hacerlos convivir con las personas.  Nos llena de emoción y de risas ver a otras personas en directo, en cercanía con el uso de su destreza y fuerza que se envuelve en valor y jocosidad para llevarnos al pasado a quienes somos adultos, y para llenarles la infancia a los pequeños que forjan hoy sus recuerdos.
Atayde no es solo un circo, es un nombre.  Uno que nos tiene unidos a la diversión que se recuerda hoy como el día de ayer aunque hayan pasado 40 años entre uno y otro.  Un nombre que en México nos ha arrebatado un par de horas de nuestra cotidianidad para volverlas alberge de nuestras memorias.
Por fin, después de ver caballos, elefantes, bellas y ágiles mujeres, caballeros valerosos y diestros, un payaso que guardó la risa en sus bolsillos, a una pequeñita que nos sorprendió no solo porque a su corta edad ya ha logrado valor para subirse a varios metros de altura sobre sus compañeros que cabalgaban sobre caballos percherones, que ya sabe hacer reír y cosechar aplausos y de saber que muchos de los que se brindaban al elenco, eran para ella.  Después de cabalgar a varios metros de altura, de ser valerosa inclusive para ser payasita, no le dará miedo nada en la vida y tendrá un espíritu alegre, singular que le dará no solo la admiración de todos, sino la excelencia en su persona.
El final no deja de ser emotivo, la despedida no es solo que sea un diseño de coreografía y coordinación de entrada y salida repetida del elenco, sino que hace salir todas las emociones y alegrías que se tuvieron en dos horas de función y que se sacan en aplausos finales que fueron los más dedicados de un público que instintivamente ahora, siente que le llenaron ellos sus recuerdos.
Escribo esta carta para Ustedes, los que estuvieron en el escenario y los que estuvieron atrás, con la misma emoción con que presencié la función.  Atayde no es un circo, es una máquina del tiempo que funciona para traernos al pasado y para tener hoy remembranzas para el futuro.  ¿Cuánto vale una vida de esfuerzo dedicada al circo?  Vale un par de horas para sembrar esas semillas del futuro, uno en el que hoy he vivido con alegría y emoción mi pasado, el mío y seguramente el de todos los que lo visitan.
 
Francisco Mundo.
Morelos, Diciembre de 2009.


Francisco: como siempre arrebatas el corazón y las emociones con tu singular forma de manifestar tus sentimientos. Los recuerdos, surgidos de lo profundo del corazón y de la mente, son revividos para mostrar cómo los asuntos que parecieran superficiales y ligeros, se convierten en vivencias actuales, sentidas, apreciadas en todo su valor...el valor que los humanos le damos a las experiencias que dejan huella....

Esta es -no una carta- sino una experiencia de vida manifestada en palabras, que provocan emoción....las expectativas que se vinculan a los sucesos y que se resuelven en un espacio de tiempo que genera nuevas formas de ver al mundo -de ver al circo- de apreciar lo que en un  momento podría ser sencillo, y que se transforma en un conjunto de acciones complejas, delicadas y llenas de vida.

Me encanta la descripción de tu recuerdo de infancia, de la rutina para tener un espacio de esparcimiento...de recrear la atmósfera que imperaba en tu ciudad, Es sorprendente cómo el tiempo ejerce cambios, en las personas, en las ciudades, en el país.

En este sentido, el cambio de año también es un espacio para la reflexión, el análisis y la toma de conciencia sobre  lo que fuimos y lo que somos, sobre lo que deseamos ser....en el más amplio sentido de la palabra...


Conchita Mar

martes, 23 de agosto de 2011

La atmósfera, el oxígeno y el ozono.

La atmósfera, el oxígeno y el ozono.

La atmosfera es la capa gaseosa que envuelve y rodea al planeta Tierra, se divide  en varias capas concéntricas sucesivas. Estas son, desde la superficie hacia el espacio exterior: troposfera, tropopausa, estratosfera, estratopausa, mesosfera y termosfera.

La atmósfera es uno de los componentes más importantes del clima terrestre. Es el presupuesto energético de ella la que primordialmente determina el estado del clima global, por ello es esencial comprender su composición y estructura. Ha sido y es uno de los elementos que ha permitido la vida en el planeta. Los gases que la constituyen están bien mezclados en la atmósfera pero no es físicamente uniforme pues tiene variaciones importantes en temperatura y presión, relacionado con la altura sobre el nivel del mar. Es transparente e impalpable, y no resulta fácil señalar exactamente su espesor, ya que no posee una superficie superior definida que la limite, sino que se va haciendo menos densa a medida que aumenta la altura, hasta ser imperceptible.
La atmósfera comenzó a formarse hace unos 4,600 millones de años con el nacimiento de la Tierra. La mayor parte de la atmósfera primitiva se perdería en el espacio, pero nuevos gases y vapor de agua se fueron liberando de las rocas que forman nuestro planeta.

La atmósfera no siempre ha estado igual durante la vida de la Tierra. Ha ido variando durante los años, y se puede establecer en diferentes etapas: Su origen se produce por Pérdida de la capa de gases de la nebulosa original (H y He), Aumento de la masa de la Tierra, Gravedad, Enfriamiento de la Tierra, Desgasificación de la corteza terrestre, Formación de una capa de gases. Esta atmósfera inicial tiene una composición parecida a las emisiones volcánicas actuales, donde dominarían el N2, CO2, HCl y SO2, Algunos gases y el H2O de procedencia externa (Cometas).

La atmósfera de las primeras épocas de la historia de la Tierra estaría formada por vapor de agua, dióxido de carbono (CO2) y nitrógeno, junto a muy pequeñas cantidades de hidrógeno (H2) y monóxido de carbono pero con ausencia de oxígeno. Era una atmósfera ligeramente reductora hasta que la actividad fotosintética de los seres vivos introdujo oxígeno y ozono (a partir de hace unos 2,500 o 2,000 millones de años) y hace unos 1,000 millones de años la atmósfera llegó a tener una composición similar a la actual.
Etapa prebiótica: Antes de la vida, la atmósfera sufrió unos cambios: Condensación del vapor de agua, formación de los océanos y disolución de gases en ellos (CO2, HCl y SO2), el principal gas de la atmósfera era el Nitrógeno (N2), no había oxígeno (O2).

Etapa microbiológica: Etapa con la aparición de las primeras bacterias anaeróbicas (que usan H y H2S) y fotosintéticas (Bacterias del azufre y cianobacterias): Comienza la producción de O2 del océano, el O2 producido se utiliza para oxidar las sustancias reducidas del océano. Prueba de ello son la deposición de las formaciones de hierro en bandas: Fe+3 + O2  Fe2O3, una vez oxidado las sustancias, empieza la producción de O2 para la atmósfera, el O2 liberado se gasta para oxidar sustancias reducidas de la corteza terrestre. Prueba de ello son la formación de capas rojas de origen continental.

Etapa biológica: Etapa con la aparición de organismos eucariotas con fotosíntesis más eficiente: Aumento del O2 en la atmósfera hasta la concentración actual (21%), formación del escudo de O3 (protección de la radiación ultravioleta del Sol), permitiendo la colonización de las tierras emergidas.

La atmósfera es la capa gaseosa que cubre la Tierra pero que se mantiene atrapada a ella por la fuerza de atracción gravitacional. En términos relativos al tamaño de la Tierra, cuyo radio es alrededor de 6,400 Km., el espesor de la atmósfera es muy pequeño considerando que el 99% de su masa se concentra en los primeros 30 Km. sobre la superficie de la Tierra. Los gases fundamentales que forman la atmósfera son: Nitrógeno 78%, Oxígeno 20%, Argón 0.9%, CO2          0.03%. Otros gases de interés presentes en la atmósfera son el vapor de agua, el ozono y diferentes óxidos de nitrógeno, azufre, etc.
El oxígeno forma aproximadamente el 20% de la atmósfera, y es el gas más importante desde el punto de vista biológico. Es utilizado por los seres vivos en la respiración, mediante la cual obtienen la energía necesaria para todas las funciones vitales; también interviene en la absorción de las radiaciones ultravioleta del Sol que, de llegar a la Tierra en toda su magnitud, destruirían la vida animal y vegetal. La atmósfera es también la fuente principal de suministro de oxígeno al agua, y entre ambas se establece un intercambio gaseoso continuo.

La atmósfera está formada por varias capas concéntricas:

    * las capas bajas, que no mantienen una altura constante, y a las que se denomina troposfera y estratosfera;
    * las capas altas, a las que se da el nombre de ionosfera y exosfera.

La troposfera es la capa inferior y más próxima a la superficie terrestre. A medida que se sube, disminuye la temperatura en la troposfera. La troposfera o baja atmósfera, es la que está en íntimo contacto con la superficie terrestre y se extiende hasta los 11 Km. SNM. en promedio. Tiene un grosor que varía desde 8 Km. en los polos hasta 16 Km. en el ecuador, principalmente debido a la diferencia de presupuesto energético en esos lugares . Abarca el 75% de la masa de gases totales que componen la atmósfera, el 99% de la masa de la atmósfera se encuentra bajo los 30 Km. SNM.  Consta en particular, en 99% de dos gases, el Nitrógeno (N2, 78%) y Oxígeno (O2, 21%). El 1% que resta consta principalmente de Argón (Ar 1%) y Dióxido de Carbono (CO2, 0,035%). El aire de la troposfera incluye vapor de agua en cantidades variables de acuerdo a condiciones locales, por ejemplo, desde 0,01% en los polos hasta 5% en los trópicos. La temperatura disminuye con la altura, en promedio, 6,5°C por kilómetro. La mayoría de los fenómenos que involucran el clima ocurren en esta capa de la atmósfera, en parte sustentado por procesos convectivos que son establecidos por calentamiento de gases superficiales, que se expanden y ascienden a niveles más altos de la troposfera donde nuevamente se enfrían. Esta capa incluye además los fenómenos biológicos, pues en ella se  producen importantes movimientos verticales y horizontales de las masas de aire (vientos) y hay relativa abundancia de agua, por su cercanía a la hidrosfera. Por todo esto es la zona de las nubes y los fenómenos climáticos: lluvias, vientos, cambios de temperatura, etc. Es la capa de más interés para la ecología. En la troposfera es donde tienen lugar los cambios de tipo de tiempo que nos interesan, y más nos afectan. La concentración de vapor de agua y agua en suspensión depende de la existencia de un área de evaporación o una temperatura reducida.
La tropopausa marca el límite superior de la troposfera, sobre la cual la temperatura se mantiene constante antes de comenzar nuevamente a aumentar por sobre los 20 Km. SNM. Esta condición térmica evita la convección del aire y confina de esta manera el clima a la troposfera.

La estratosfera es la segunda capa de la atmósfera de la Tierra. A medida que se sube, la temperatura en la estratosfera aumenta. Una vez que se alcanzan los 50 Km. de altura, la temperatura ha llegado a los 0°C . Por lo tanto, se extiende desde los 20 Km. hasta 48-50 Km. SNM. Contiene pequeñas cantidades de los gases de la troposfera en densidades decrecientes proporcional a la altura. Incluye también cantidades bajísimas de Ozono (O3) que filtran el 99% de los rayos ultravioleta (UV) provenientes de las radiaciones solares. Es esta absorción de UV la que hace ascender la temperatura hasta cerca de los 0°C. Este perfil de temperaturas permite que la capa sea muy estable y evita turbulencias, algo que caracteriza a la estratosfera. Esta, a su vez, está cubierta por la estratopausa, otra inversión térmica a los 50 Km. Casi no hay movimiento en dirección vertical del aire, pero los vientos horizontales llegan a alcanzar frecuentemente los 200 Km./hora, lo que facilita el que cualquier sustancia que llega a la estratosfera se difunda por todo el globo con rapidez, que es lo que sucede con los CFC que destruyen el ozono. En esta parte de la atmósfera, entre los 30 y los 50 kilómetros, se encuentra el ozono que tan importante papel cumple en la absorción de las dañinas radiaciones de onda corta.
La mesosfera se extiende por encima de los 50 Km., la temperatura desciende hasta -100 °C a los 80 Km. su límite superior.  La mesosfera es la tercera capa de la atmósfera de la Tierra. La temperatura disminuye a medida que se sube, como sucede en la troposfera. Puede llegar a ser hasta de -90° C. Es la zona más fría de la atmósfera.

La termosfera es la cuarta capa de la atmósfera de la Tierra. Se encuentra arriba de la mesosfera. A esta altura, el aire es muy tenue y la temperatura cambia con la actividad solar. Si el sol está activo, las temperaturas en la termosfera pueden llegar a 1,500° C o mayores.

La ionosfera y la magnetosfera se encuentran a partir de la estratopausa. En ellas el aire está tan enrarecido que la densidad es muy baja. Son los lugares en donde se producen las auroras boreales y en donde se reflejan las ondas de radio, pero su funcionamiento afecta muy poco a los seres vivos. Por sobre los 80 Km. SNM., encima de la mesosfera, se extiende la termosfera, en ella la temperatura asciende continuamente hasta sobre los 1000 °C . Por la baja densidad de los gases a esas altitudes no son condiciones de temperatura comparables a las que existirían en la superficie.

La última capa de la atmósfera de la Tierra es la exosfera. Esta es el área donde los átomos se escapan hacia el espacio.

Los componentes de la atmósfera se encuentran concentrados cerca de la superficie, comprimidos por la atracción de la gravedad y, conforme aumenta la altura la densidad de la atmósfera disminuye con gran rapidez. En los 5,5 kilómetros más cercanos a la superficie se encuentra la mitad de la masa total y antes de los 15 kilómetros de altura está el 95% de toda la materia atmosférica.

La mezcla de gases que llamamos aire mantiene la proporción de sus distintos componentes casi invariable hasta los 80 Km., aunque cada vez más enrarecido (menos denso) conforme vamos ascendiendo. A partir de los 80 Km. la composición se hace más variable.

La presión de la atmósfera disminuye rápidamente con la altura pero además hay diferencias de presión entre unas zonas de la troposfera y otras que tienen gran interés desde el punto de vista climatológico. Son las denominadas zonas de altas presiones, cuando la presión reducida al nivel del mar y a 0ºC, es mayor de 1.013 milibares o zonas de bajas presiones si el valor es menor que ese número. En meteorología se trabaja con presiones reducidas al nivel del mar y a 0ºC para igualar datos que se toman a diferentes alturas y con diferentes temperaturas y poder hacer así comparaciones. El aire se desplaza de las áreas de más presión a las de menos formándose de esta forma los vientos. Se llaman isobaras a las líneas que unen puntos de igual presión. Los mapas de isobaras son usados por los meteorólogos para las predicciones del tiempo. 

Junto con la superficie de la tierra, su atmósfera ha cobijado durante millones de años la vida en el planeta.  Su importancia es enorme, quizá más allá de su tamaño, y requiere de su cuidado porque nos da continuidad a esa vida y nos protege del exterior. 

lunes, 22 de agosto de 2011

La serenidad

La serenidad.
Una nota breve

En las enseñazas de las artes marciales en Oriente, una de las lecciones es que antes, durante y después del combate, real o de educación, se debe de tener y controlar las emociones, no tener ira o perder la visión y la cordura, puesto que teniendo una actitud firme, decidida y ecuánime al mismo tiempo, se está en camino de lograr el éxito... el coraje y la ira hacen que no se use el cuerpo y la visión se nubla... ¿Pero COMO lograr esa ecuanimidad interior aunque el combatiente luche con toda su fuerza y capacidad??? ESE es el primer paso de la enseñanza... lograr el control del temperamento y el carácter para pasar a desarrollar la fuerza, los golpes, la agilidad, el salto, la contundencia... pero antes ya se tiene la mesura, la pasividad que domine ira, el control, la ecuanimidad y el carácter....

La serenidad se vuelve así una meta y una forma de lograr controlar las cosas, una forma de actuar correcta y adecuada a las circunstancias, una manera de usar y aprovechar todas las capacidades en las cosas que hacemos, no solo el combate sino frente a las circunstancias de la vida cotidiana que son situaciones que requieren de la misma mesura y serenidad... el trabajo, las relaciones familiares, las relaciones amorosas, la creatividad, los viajes, el estudio, la toma de decisiones... la serenidad no es una cosa circunspecta, sino una diaria actitud útil y productiva, recomendable y de satisfactorios resultados...la ira, la inestabilidad de temperamento, el coraje, los gritos, nunca darán positivos resultados... y que malo que los defendamos y justifiquemos como obvios resultados de las circunstancias, cuando éstas no son las causantes sino nuestra incapacidad de controlarnos....

viernes, 19 de agosto de 2011

Las mujeres son brujas.

Las mujeres son brujas.

Las mujeres también son brujas porque están adelantadas a su tiempo (en la antigüedad se les llamaba  así pero en realidad eran alquimias y curanderas, masajistas y conocedoras de la  arbolaria pero la incomprensión de sus conciudadanos   primitivos medievales les atribuía cosas cercanas al demonio), lo son porque tienen un corazón sobrenatural y poderoso para querer, adivinar, intuir... lo son porque lanzan sus hechizos usando una tenue y coqueta mirada o una encantadora sonrisa... lo son porque tienen un delicioso perfume que ahora se le llama feromonas, lo son porque con sus manos hacen cosas mágicas en la cocina, en la recámara, en el consultorio, en la máquina de escribir... lo son porque ahora son inmunes y han vencido a su inquisición aunque soporten la incomprensión de los hombres que las agreden con su hombría, incolumnidad y varonil frialdad.. Son unas auténticas y pasmosas brujas porque son capaces de conmover corazones y remover montañas... y a quienes caemos en sus hechizos, hacernos admirarlas y reconocer cada día su inmenso valor femenino, valor que puede vencer todo.

Francisco Mundo
Cuernavaca Morelos Mx
Mayo de 2005.

miércoles, 17 de agosto de 2011

El vecino de la casa de enfrente. 4a final

El vecino de la casa de enfrente. 4a final
Por Francisco Mundo.

En la tarde tocaron la puerta de su casa. Apresuradamente corrió a abrir.

-          “Buenas tardes señora, le traemos su pedido de colchón ortopédico de 800 por 800 y soporte tal como lo pidió.  Firme aquí por favor”

Esa noche tomó un baño antes de dormir. Estaba muy pensativa con todo lo que había pasado en el día. Sentada en el tocador se peinaba lentamente mirando por el espejo hacia su cama. Con su pijama de pantalón y camisa se metió entre las sábanas y apagó la luz.


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A la mañana siguiente abrió los ojos con una gran interrogante. Se preguntaba a ella misma cómo había dormido. Miro para todos lados mientras auscultaba todo su cuerpo buscando la respuesta. No tenía el cabello desaliñado. Al parecer no necesitaba peinárselo como todas las mañanas.  Bajó de la cama, se puso sus sandalias y lo primero que hizo fue ir a su closet para buscar los portarretratos con las fotos de su padre y de su marido.  Los colocó sobre su tocador para verlos cada mañana.

Después de desayunar decidió ir de compras. Tomó las llaves. Estaba saliendo cuando sonó el teléfono.  No respondió… dejó que entrara la contestadora.

-          “!Hola buenos díaaass! Te llamo porque me acaba de decir mi jefe que te diera la noticia de que tu propuesta acaba de ser aceptaba, que les pareció muy buena y que te vengas temprano porque quiere darte tu nuevo nombramiento. Ciaooooo!”


Al salir al jardín fue a buscar a su perro.  Junto a la cochera estaba un viejo colchón apilado esperando el servicio de limpia. No encontró al perro así que dio la vuelta para buscarlo y estaba con dos patas sobre la barda del jardín moviendo la cola…saludando al vecino de la casa de enfrente.  Lo vio con gran sorpresa… lucía distinto, rasurado y vestido apropiadamente, casi irreconocible. Lo miró a los ojos fijamente, y él con una mirada inusual y retirándose solo alcanzó a darle con toda cortesía los buenos días.

FIN

lunes, 15 de agosto de 2011

El vecino de la casa de enfrente 3a parte


El vecino de la casa de enfrente 3a parte
Por Francisco Mundo.

Salió de la casa y cruzo a pasos gigantes el jardín, y sin abrirle la puerta le empezó a gritar desde antes de llegar.

-          “¡Pero esto si que es el colmo del cinismo! ¡¿Quién se cree Usted para venir a tocar mi puerta con tal desfachatez después de lo que me ha hecho?! ¡No puedo creer que venga ahora a tocar mi puerta luego de su cobardía y de todos estos meses de hacerme destrozos y golpear a mi pobre perro que me hizo llevarlo al hospital!!”

Esta vez la cara de la indignada mujer estaba llena del doble de la furia de hacia minutos.  Le gritaba al vecino con coraje desmedido y manoteaba sin medida para mostrar más esa desaforada ira fuera de toda medida.

-          “¡Pero no puedo creer que venga Usted a tocar a mi casa con todo lo que me acaba cobardemente de hacer! ¡¿Por qué no me abrió al puerta!? ¡¿Por qué no tuvo los pantalones para que le dijera sus verdades tipejo insolente?! ¡Y ahora viene tan campante a tocar con esa cara de mal nacido que tiene! ¡Simplemente no lo puedo creer…!

La otrora tierna, encantadora y formal mujer, ahora no hacía sino insultar sin ton ni son a un vecino que insólitamente estaba ahí parado, quieto, impávido, sin expresión, ni de odio ni de susto, ni miedo, ante las sonoras palabras de la vecina que ya empezaban a hacer salir a todos los vecinos de la cuadra para saber que sucedía, a qué tanto grito y groserías de quien no podían creer las estuviera diciendo…. El tráfico de la calle se detuvo, las personas se quedaron a cierta distancia a ver la escena y a escuchar a tan iracunda mujer parada frente a un hombre desaliñado y sucio que la veía y escuchaba indiferente….

Al cabo de un par de minutos la mujer ya tenía el cabello despeinado, la respiración acelerada, el rostro desfigurado.  Mostraba por primera vez en su vida una reacción que la sacaba de toda formalidad y de todas sus casillas. Se le empezaban a acabar los insultos, su repertorio no era tan grande pues jamás había tenido la necesidad de insultar ni con tanta intensidad.  Siempre de niña, adulta o casada, nunca había tenido la necesidad de vivir tan agrios momentos. Seguía con la respiración jadeante y volvía a gritar y reclamarle toda la serie de daños a su casa, a su correspondencia…. De momento cambió el tono de su voz a uno de llanto entrecortado… las lágrimas empezaron a salir nuevamente…. Los vecinos ahora si se acercaron un poco más… el hombre no cambió para nada su expresión de indiferencia y seguía callado….

Entonces se hizo el silencio…. La mujer lloraba más aunque se tapaba la boca para que fuera su solo silencio… ningún auto ni persona osaba cruzar por tan singular escena….

De repente…el tipo, con toda su crecida y sucia barba, con su ropa desaliñada, su gran vientre, con unos pantalones enormes que eran sostenidos por dos grandes tirantes puestos sobre igualmente sucia camiseta de tirantes… con todo lo despeinado que sus escasos pelos tenía tras una calva prominente, le dijo:

-          “Vecina….querría Usted dormir conmigo todas las noches?”

……

El silencio que siguió a esa frase fue indescriptible y guardaba el asombro de todos los que la oyeron……levantando la cabeza lentamente la mujer pasó de un rostro de llanto a uno de nuevo coraje envuelto de asombro indescriptible….

-          “¡¿QUE QUEEEEEEEEEE?!, ¡¿QUE SI QUIERO QUEEE????.......no lo puedo creer! Ahora sé porque ha hecho todo lo que ha hecho! Es porque está Usted demente! ¡Está Usted enfermo! JAJAJAJAJAJ eso lo explica todo.. JAJJAJAJA no podía esperarse de un tipo así nada mas que una locura! ¡Oh Dios! ¡He estado todo este tiempo de vecina de un tipo loco de remate…!.”

La mujer entonces se llenaba de risa con lágrimas de ver que el tipo no era más que un pobre demente capaz de ir a preguntarle -después de todo lo que había pasado-, que si quería a acostarse con él  no una sino todas las noches… los vecinos no reían, solo estaban con los ojos bien abiertos viendo el rumbo que la discusión estaba tomando…

-          “No estoy loco señora…. Le pregunté si querría Usted acostarse conmigo…”.

La mujer detuvo su risa. Lo miró fijamente como si estuviera en medio de un surrealismo inaudito. Esperaba entonces con mucha curiosidad qué es lo que diría más ese hijo del surrealismo que minutos antes le había embarrado la ropa y la cara de un olor pestilente…

-          “¿Le duele la espalda señora? ¿Siente que cada mañana despertara como si la hubieran golpeado? ¿Tiene acaso toda la mañana como una pesadez que no la abandona y le penetra en su animo y buen humor volviéndolo malo y molesto?”

La señora paso de un rostro estupefacto a uno increíble. No respondía nada, solo escuchaba a ese bodrio de hombre que le preguntaba las cosas como médico de hospital privado con bata impecable vestido de traje y corbata…con toda la seriedad que el caso clínico ameritaba.  Mentalmente, sin embargo, respondía a todo que si. Todas las mañanas despertaba como sino hubiera descansado, como si la hubieran golpeado, con la espalda destrozada y con dolores que no la dejaban durante el día hasta que iba a dormir y nuevamente así… ¿Pero qué tenia que ver todo eso con que el tipo le preguntara que si quería acostarse con él?

-          “Solo tiene que verme para saber si quiere acostarse conmigo…”
-          “¡POR SUPUESTO que no quiero acostarme con Usted! ¡Si es un hombre despreciable y horroroso! ¡¿COMO puede venir a mi casa después de lo ocurrido y preguntarme cosa semejante?! ¡Sería el último hombre del planeta con el que quisiera acostarme en toda mi vida!
-          “Sin embargo le duele la espalda…”
-          “¡¿Y qué carajo tiene que ver eso con que quiera hacer semejante cosa!?”
-          “Tan solo que Usted jamás aceptaría ir a la cama con su enemigo…¿O acaso no me considera su enemigo?”
-          “¡Por supuesto que es mi enemigo y el ser mas despreciable del mundo! ¡Malaya sea la hora en que me vino a tocar de vecino!”.

Entonces el tipo puso una expresión mas seria, más directa y terminante, la miró fijamente a los ojos y le dijo con ceremoniosa terminación:

-          “Lo que tiene que hacer señora es no dormir con el enemigo más… tire ahora mismo su colchón y compre uno nuevo, procure que sea de alta densidad de resortes, de más de 800 por mt2, que tenga soporte superior, totalmente ortopédico y que le den garantía de mucho tiempo… Usted no ve a su enemigo pero duerme todas las noches con él, por eso duerme tan mal y con consecuencias que le duran todo el día, hasta la noche en que va a acostarse con él nuevamente y sin chistar….véalo como me ve a mi, y piense que lo que él le hace es lo mismo que yo le he hecho todos estos meses… hágalo ahora mismo, limpie sus mejillas, seque sus lágrimas y vaya en su auto a la tienda, hoy mismo debe de dormir pero no con ese escondido enemigo…”

El vecino de la casa de enfrente terminó de decir todo eso con el silencio impávido de todos. La mujer no dijo más, solo lo vio con los ojos bien abiertos y con una sorpresa que le tuvo la boca entre abierta todo el tiempo que duró su receta. El hombre dio la media vuelta y se metió a su casa.  Todos los curiosos vecinos hicieron lo mismo y la mujer se quedo sola en la escena que así terminaba.

Entró a su casa y se quedó recargada en la puerta tras cerrarla lentamente y con la mirada ida. Tomó las llaves de su casa, tomó las de su camioneta, subió y arrancó para desaparecer en la calle que se encontraba en total quietud.

Continuará...

sábado, 13 de agosto de 2011

El vecino de la casa de enfrente 2a parte



El vecino de la casa de enfrente 2a parte
Por Francisco Mundo

Fue una mañana decidida a todo. Cruzó la calle, se armó de valor recordando en un solo instante toda la interminable serie de agresiones de que había sido objeto durante meses y meses a los cuales no recibió ningún castigo, ni civil ni penal ni humano. Y después de todo ello el malvado vecino seguía impune y riéndose con sarcasmo, lleno de cinismo y conchudez inauditas.  Le toco suavemente el timbre de su casa (hasta eso) y espero unos instantes.  No respondía.  Volvió a tocar con delicadeza.  Espero un instante.  Nadie respondió.  Eran las 2 de la tarde y consideró que era muy buena hora para que el tipo ya hubiera despertado pues solo hasta esa hora daba señales de vida… parecía que dormía plácidamente hasta esa hora…. En lo profundo de su pensamiento le tenía envidia, pues ella cada mañana despertaba temprano y no porque tuviera que hacerlo, sino porque la cama la botaba al no soportar más los dolores de su espalda, cuello y cabeza.

Al no recibir respuesta alguna decidió abandonar la iniciativa. No había caminado ni cinco pasos cuando sintió que le habían arrojado algo por atrás: miró su ropa y tenía en espalda y piernas un jitomate embarrado completamente y oliendo a podrido…. Parecía que el tipo había escogido el jitomate más echado a perder para aventárselo grotesca y artreramente por la espalda…  esta vez su furia no pudo más.  ¡¡Volvió sobre sus pasos y tocó el timbre desaforada y fuertemente dispuesta a que le abriera y le escuchara decirle las suyas!!

El tipo no abría.  Volvió a tocar muchas veces hasta que casi el timbre se rompía mientras su femenino y bello rostro se descomponía en uno de coraje inaudito y meses de resentimiento reunido para llevarlo consigo en ese instante y decirle lo mucho que odiaba ya esa situación y de paso al impertinente, sucio, grosero y maldito vecino. ¿Pero qué había hecho ella para merecer tal agresión?? ¿Qué había sido tan meritorio para que le dañara y agrediera de tal forma de su parte para tener un incruento y vil trato? Nunca lo había agredido, nunca le atacó, al principio le daba los buenos días afablemente por considerarlo justo siendo vecinos pero dejo de hacerlo por recibir tan mal e increíble trato vecinal. ¿Qué culpa tenía ella de que el tipo era un malandrín que había llevado una vida tan desastrosa como vil?


No podía contener su furia esta vez, así que no soltó el timbre un solo instante dispuesta a que reventara.  Había perdido toda sensatez y ecuanimidad, todo respeto y formalidad.  Estaba irreconocible hecha un volcán furioso producto de injustificadas agresiones de un tipejo que ahora se escondía tras la puerta después de aventarle un artrero jitomatazo por la espalda… la espalda, esa que tanto le dolía cada mañana ahora el colmo, hasta enjitomatada había quedado.  Pero eso no se iba a quedar así.  Estaba dispuesta a que el hombre desalmado, y ahora cobarde de más, le escuchara los gritos que tenía que decirle.

El timbre se apagó de repente. Dejo entonces de apretarlo, junto las cejas con extrañeza y confirmó que lo apretaba al fondo y no sonó más.  Supuso entonces que el tipejo había bajado el switch para que no se escuchara. Su coraje se convirtió en odio iracundo.  Se dirigió a la cerca de la sucia entrada, arrancó con todas sus fuerzas un palo de madera y regresó con todas las negras intenciones de darle de golpes a la puerta hasta que abriera.  Seguramente el hombre estaba debajo de la cama muerto de miedo al verla tan iracunda como nunca la había visto.  Se había dado cuenta que hasta ese día la gentileza, la indiferencia y la callada vecina se había terminado para convertirse en la furia enorme que ahora era y sin ningún miramiento.

Hubiera querido que su esposo la acompañara en ese instante, que tuviera un apoyo y una compañía para defenderse de todo y de todos, en especial de ese indeseable y horrible vecino y arrojarlo de la colonia para siempre; que su marido y ella hicieran las cosas juntos en todo momento hasta en esos trances tan molestos.  Lo añoraba grandemente tras esa furia incontenida, tanto, que las lágrimas le empezaron a salir a borbollones con leves llantos que acompañaban a sus golpes a la puerta cuyos soportes ya deseaba tirar.  Sus brazos ya no soportarían tanto y los empezaba a bajar sin dejar de pegar con sus últimas fuerzas…

De repente la puerta se abrió. Dejo de pegar. Bajo los brazos y el palo. La puerta terminó de abrirse lentamente rechinando como casa de los Monster dejando salir un olor a sucia humedad y a comida echada a perder…. Por instinto iba a ponerse la mano sobre la nariz y la boca pero no tuvo tiempo: recibió el fuerte impacto de un segundo golpe de un jitomate putrefacto en la cara… el jugo descompuesto de la verdura embarrada no le dejó ver más. Entonces recibió un tercero, un cuarto impacto en el pecho y piernas.  En un instante estaba toda llena y maloliente de golpes artreros que le llenaron de estupefacta indignación.

No alcanzó sino a correr.  Abrió la puerta de su hermosa, bien cuidada y gratamente olorosa casa para abrir abruptamente la puerta del limpio y reluciente baño para lavarse la cara y poder ver bien.  Entonces si lloró desconsoladamente, con quejidos que le cubrieron el alma entera.  Se sentó en el la tapa del WC para gemir lastimosamente.  Se cubrió la cara con sus enjitomatadas manos para sollozar más. De repente se le vinieron las imágenes de su padre, cuando la cargaba en brazos, cuando le enseñaba a manejar, cuando se casó, cuando iba con su esposo caminando en el bosque, cuando los dos leían sentados en la confortable sala…

Paso varios minutos así. Con desgano, lentamente se quito la ropa, abrió la llave de la regadera y se metió a tomar un baño.  Tapó luego el fondo de la tina y se sentó rodeada de agua calientita para estar con su soledad.  Eran muchos recuerdos, todos gratos, quizá alguno amargo pero el saldo era confortablemente recordable.  Tenía todo el rimel corrido, el gesto cansado, la tristeza abundante.  La casa siempre vacía, dejaba oír muy bien el caer de la gota de la regadera en el agua de la tina por largos minutos. Quizá también se escuchaban sus memorias…

Alcanzó una toalla, se cubrió y otra se la puso sobre la cabeza enredándola y poniéndola sobre su espalda que entonces recordó el inseparable dolor que la acompañaba. Fue a sentarse en el banquito del tocador. Tenía la mirada ida.  No se atrevía a mirarse al espejo.  Si lo hacia no tendría respuesta para la pregunta: ¿Dónde está la emprendedora profesionista?, ¿Dónde quedó la excelente universitaria?, ¿Dónde la esposa iluminada?  Solo vería la mujer a jitomatazos agredida con el rimel todo corrido.

No dejó pasar más el tiempo. Sacó ropa limpia y cómoda.  Estaba dispuesta a volver a las autoridades a levantar una demanda de cualquier tipo y declarar que había recibido artreros jitomatazos solo por ir a reclamar las agresiones sin razón y fundamento que había tenido por parte de su vecino de la casa de enfrente. Al terminar de vestirse escucho que tocaban el timbre. Pensó que era su mamá pues la esperaba a comer. Rápidamente se pasó las manos por la cara pues no quería que la viera que había estado llorando y buscó entre sus cabellos y orejas sino quedaban restos o semillas de los jitomates.

Iba terminando de peinarse los cabellos por las escaleras y al abrir alcanzó a ver en la puerta del jardín al vecino de la casa de enfrente que esperaba impávido a que le abriera.

No podía reponerse en un solo segundo de la sorpresa.  Tenía aun los ojos muy abiertos y la boca abierta.  No le daba tiempo de resucitar tan rápido el coraje de hacía unos minutos. Se quedó paralizada, no podía creer lo que sus ojos veían. Solo alcanzó a tirar al piso el cepillo de su cabello.

Quizá pasaron así unos segundos. Su cara de sorpresa inaudita se volvió nuevamente de odio y resentimiento, de recordar tan solo los cobardes ataques de las que había sido objeto en la puerta de ese vecino que ahora estaba ahí, parado con la cara llena de cínica ecuanimidad e indiferencia como si nada hubiera pasado…

Continuará...

viernes, 12 de agosto de 2011

El vecino de la casa de enfrente.-

El vecino de la casa de enfrente.-

Por Francisco Mundo



Era un amanecer muy tranquilo. Cada mañana se respiraba un ambiente quieto y suave.  Su casa era muy confortable,  llena de luz y con espacios grandes, bonito mobiliario y cortinas transparentes  con encajes exquisitos. Un piso de duela y alfombras persas le sostenían su pisada femenina y su andar cadencioso. Se ponía su sutil y delicada bata de seda que le cubría su entornado cuerpo de joven mujer.  Hacía diez años que dormía sola pues su marido había fallecido en un accidente automovilístico en carretera dejándola sola.  Había llorado mucho. Sin embargo, cada mañana le dedicaba un recuerdo singular a su memoria de buen hombre, de gallardo, honesto y trabajador compañero de su vida que siempre le dedico un tono de respeto y ternura a su matrimonio por más de 15 años.

Se sentaba a su tocador para peinarse…lo hacía mucho pues cada mañana despertaba con el cabello todo desaliñado y enredado a pesar de irse a dormir cada noche bien cepillada y arreglada…al despertar parecía que había tenido una noche de tumulto…le dolía todo el cuerpo y sentía que la habían golpeado indiscriminadamente…todo lo achacaba al recuerdo de su esposo que nunca olvidaba, a la tragedia que no dejaba de ser para ella el haberlo perdido…. Lloraba con frecuencia y sus ojos al despertar ya no brillaban más…

Al tomar un baño y un reconfortante desayuno se sentía mejor aunque los dolores no le abandonaban durante todo el día. Conservaba siempre su vestir juvenil pues a sus 35 años parecía una mujer mucho menor. Sus ejercicios diarios y su alimentación sana le ayudaban a tener un aspecto fuerte y lozano.

Salía cada mañana a sus compras, a un recorrido en bicicleta o a caminar por el parque. Después de comer se vestía muy formal y estaba en su oficina hasta las 9 de la noche.  La empresa llantera internacional la consideraba una excelente contadora y llevaba la nómina, las inversiones de la compañía, organizaba los comités de seguridad industrial y asesoraba al Consejo de Administración en las estrategias de mercado de la empresa, en la cual, con 20 años de trabajar ahí, gozaba de prestigio profesional y de una importante y destacada participación.

Llegaba agotada a dormir.  No tenía amigas, no salía. Solo iba muy ocasionalmente a visitar a su anciana madre, igualmente viuda y cuya visita les reconfortaba el corazón de mujer. Su padre había muerto en un accidente en la empresa minera donde trabajaba.  Las condiciones de mantenimiento de las instalaciones eran muy deficientes y se encontraban en un descuido enorme a pesar de lo importante que eran para el desempeño de la extracción del estaño para el país.  Era el contador de la empresa e insistía mucho en que la compañía debía hacer importantes y considerables inversiones en el renglón de seguridad no solo para el mantenimiento de las enormes máquinas sino para la seguridad de los mineros.  Al estar haciendo una inspección se rompió un cable de acero de la banda y cayó junto con otras personas hasta el fondo de una bóveda muriendo todos al instante.

Quizá por ello ella insistía también en lo importante que era la seguridad laboral en su trabajo.  Trabajar con azufre y el caucho para hacer y renovar las llantas no era cosa de tomarla a la ligera.  Todos los empresarios reconocían su intervención en ese sentido y ya apoyaban las iniciativas de inversión financiera para adquirir y cuidar de mascarillas, ropa protectora, guantes y cascos junto a la revisión periódica de maquinaria que permitieran trabajar a los obreros con el menor riesgo, y que ellos mismos junto a los directivos formaran los comités de seguridad que ya habían dado muy buenos resultados: las quemaduras y daños personales diversos primero se redujeron  para desaparecer después con beneplácito de todos, en primer lugar para ella de ver su labor con éxito.

Pero cada mañana su satisfacción de la tarde anterior se volvía pesadez y molestia. Su cuerpo le dolía y la sensación de haber sido golpeada durante toda la noche era cosa de todos los días.  No había razón que explicara eso. Sus ejercicios diariamente disciplinados no la abandonaban, su silla en la oficina era ergonómica y de respaldo lumbar, no calzaba zapatillas de tacón alto, pues sabía perfectamente que después de los tres centímetros la columna perdía estabilidad y tendía a la deformación en el andar. A ratos, cerraba el lujoso privado de su oficina para acostarse en el piso, sobre una limpia alfombra cubierta de un cobertor para descansar su espalda de todo el día de trabajo…y de una pésima noche de sueño.

Pero había otra cosa que le amargaba no solo el cuerpo sino la existencia misma: tenía un vecino en la casa de enfrente que le hacía la vida en la colonia imposible. Al barrer su frente el vecino le colocaba toda su basura en el portal, cuando llegaba su correspondencia se encontraba rota en pedazos minúsculos dentro del buzón, la cerca de madera ya tres veces la había tumbado en algunas partes, platicaba a todas las vecinas que ella era una mujer desastrosa y complicada, sucia y agresiva.  En dos ocasiones el incruento vecino le había intentado envenenar a su perro y en una más le dio con un tubo lastimándole una de sus patas.  Ese día lo tomo en brazos, lo cargo como pudo pues era un pastor alemán muy grande y bien alimentado, muy noble y protector, lo subió a la parte trasera de su camioneta y aceleró al hospital veterinario.  Mientras lo curaban ella lloraba fuerte y tristemente por su perro.  Pasó largos minutos en la sala de espera mientras recordaba que con su marido lo habían comprado antes de que él muriera, cuando lo llevaban al parque caminando juntos y tomados de la mano…

Al cabo de unas semanas el perro había sanado.  Tenía ya no una nobleza sino un resentimiento con el vecino que le gruñía ferozmente cada vez que lo veía acercarse. Eso hizo disminuir las agresiones del molesto vecino durante un tiempo.  Era un hombre de cara enjuta, agrio y de enorme vientre, con una gran calva, se veía que no se rasuraba en semanas ni se cambiaba de ropa. Su segunda mujer le había igualmente abandonado por convertirse en un hombre tan grosero y desalmado, tan descortés e irrespetuoso en toda la vida matrimonial.  Sus mujeres habían comentado en todo el barrio antes de irse que al principio era un hombre formal, limpio, de caballeroso aspecto y gentil, de buen vestir y trato cordial, de grata sonrisa y lleno de atenciones, pero que con los meses se había convertido en un verdadero ogro al dar un trato desconsiderado y seco, celoso y osco.

Ese incruento hombre se la pasaba todo el día metido en su descuidada casa.  No se explicaba de qué vivía pero lo hacía de una forma deprimente. No pintaba la fachada, no arreglaba ni una cerca caída y solo barría su entrada para ir a tirarla impunemente hasta la limpia acera y blanco portal de la vecina de enfrente.

A pesar de ser viuda, de un empleo donde era reconocida, que conservaba un ambiente ordenado y limpio en su casa, con un toque sencillo, distinguido y de buen gusto en su ropa y mobiliario, de pasar fines de semana en apacible lectura y suave silencio, el vecino era el único que con su escándalo constante de música horripilante, de sus estruendos que hacía cada vez que estaba borracho, le hacía la vida imposible.

Había movido todas sus influencias y contactos con las autoridades, había promovido con los vecinos una demanda civil para desalojarlo pero todo había sido inútil: el vecino seguía gozando de una impunidad increíble a pesar de que solo a ella le rompía las cosas, le lastimaba a su mascota, le destruía su correo, le cortaba los cables de luz dejándola ya dos veces completamente a oscuras durante algunas noches. Las cosas llegaron al extremo.  Estaba ya totalmente resuelta a acabar con esa situación que le ennegrecía todo el resto de su lograda y cuidada vida.
Continuará...

jueves, 11 de agosto de 2011

Recuerdos del mar 4 final

Recuerdos del mar 4 final
Por Francisco Mundo

Mis recuerdos del mar son siempre agradables.  Algunos imponentes.  Cuando era niño mi familia me llevo en una ocasión a la playa Pie de la cuesta en Acapulco a ver el atardecer.  Eran los años 60 y el puerto era otra cosa.  El sol se ocultó en forma muy bella y disfruté los colores del cielo, del viento que llegaba del horizonte, pero poco antes de eso un par de olas rebasó los límites acostumbrados y casi arrastra a los más pequeños jalándolos hacia el mar, con gritos y espanto de los adultos… una escena que recuerdo y que me hizo aprender que con el mar hay que tener siempre respeto y cuidado.

El mar, por todos sus componentes minerales, tiene  efectos curativos para los humanos.  Ir a bañarse al mar no es un baño como en la tina o la regadera.  Algunos intuyen esto y le ponen sales a la tina para simular el mar. Los humanos  llevan en sus venas un fluido salado que combina el sodio, el potasio y el calcio, en una proporción casi igual a la del agua del mar, y por eso es que las lágrimas, las secreciones de la nariz, nuestro sudor, la orina y hasta nuestra propia sangre tienen un sabor salado.
Cuando se habla del agua de mar como un agente para el tratamiento de enfermedades humanas, es costumbre citar a Hipócrates y Platón; sin embargo, los beneficios del clima marino sólo fueron reconocidos hasta a mediados del siglo XIX. Testimonio de esto es la gran cantidad de centros de balneoterapia y hospitales construidos sobre la costa del mar, especializados en el tratamiento de enfermedades crónicas de la época como fue, por ejemplo, la tuberculosis. El auge de estos establecimientos duró hasta que fueron descubiertos los antibióticos y la moderna farmacología contribuyó a su declinación. Los estudios del doctor Luis Bagot demostraron la eficacia del agua de mar y los elementos marinos en el tratamiento de dolores articulares, reumatismo y para el bienestar general. Fue él, en 1899, una de las primeras personas en practicar lo que ahora conocemos como la hidrokinebalneoterapia marina.  La “tasaloterapia” es un nombre acuñado en 1867 por Bonnardiere y fue un tratamiento definido de la siguiente forma:

            “Tasaloterapia es el uso combinado de todos los aspectos benéficos del ambiente marítimo (clima, agua salada, lodo submarino, algas, arena y otras sustancias derivadas), practicado en algún punto geográfico privilegiado de la costa pero bajo supervisión médica, con miras a servir como tratamiento preventivo o curativo”.

En los años 90 aprendí el masaje Watsu, que es un masaje que se da en agua, diferente a los masajes en seco y sobre el suelo. Recuerdo en una ocasión, en 1997,  en la playa caleta de Acapulco, le di un masaje a una joven mujer que no sabía nadar y le tenía cierto miedo al mar.  Le expliqué cómo era el watsu, la tome de las manos y en un momento la levanté de la arena para acostarla sobre las olas tenues de la playa.  El efecto del masaje tuvo sus efectos y al poco rato estaba flotando sobre las olas sin temores.  Con los ojos cerrados estaba como dormida solo sintiendo mi mano bajo sus hombros como único contacto con el Mundo.  Pero una idea me cruzó por la mente como algo atrevido y osado: la soltaría unos instantes para saber si su miedo al mar persistía o si se quedaba en ese trance de quietud… así lo hice, la solté y su actitud de tranquilidad le hizo tal vez no perder pero si olvidarse de su miedo de siempre y se quedó flotando no por segundos sino por minutos prácticamente acostada sobre las olas… Los miedos al  agua pueden ser más presentes y activos en la conciencia plena que en el estado pasivo y tranquilo, y en esos instantes estaba yo muy cerca  viéndola, atento a toda reacción suya y sujetarla por si se daba cuenta que estaba sola en medio de algo que minutos antes le provocaba el miedo de siempre, la idea de siempre. Los minutos que la deje sola no reaccionó, se quedó distendida solo movida de arriba abajo por el movimiento de las olas, arrullada por ellas sin más ruido que el que provocan al romper sobre la arena… No esperé a que reaccionara o pasara más tiempo. Volví a tomarla por la espalda, la sujeté para volver a la terapia y la fui jalando otra vez hacia la playa haciéndola poner los pies sobre la arena.  Cuando esto pasó la vi como cuando una persona se despierta por la mañana, con un gesto de desperezarse y volver a la conciencia.

No he vuelto a dar un watsu en el mar.  Los he dado en las aguas sulfurosas de Oaxtepec en el estado de Morelos donde está un manantial que dicen las leyendas era el lugar de baño de los emperadores aztecas; también en un lugar increíble por lo surrealista y bello que son Los Azufres en el estado Michoacán y en los manantiales de Ixtapan de la Sal en el estado de México.  Todas son experiencias fabulosas tanto para el que recibe como para el que da el watsu y el lugar ayuda con mucho a que sea precisamente sensacional, pero el mar tiene un toque especial que hace de la experiencia de estar en él una sensación única en su tipo y naturaleza.

Si, el mar es imponente, inmenso, único en el sistema solar, creador y cuna de la vida en el planeta, lugar de belleza y recreo para los humanos y algo que buscan siempre a pesar de vivir en la tierra.  Y lo hacen porque el mar les cautiva.  Buscamos así algo ingrávido a pesar de sentirnos bien en la gravedad.  Estar rodeados de agua es propio de nuestra naturaleza.  El agua que tenemos en nuestro cuerpo representa el 70% de nuestra constitución, pero no es un agua más que con sales.  En palabras del célebre biólogo Claude Bernard: "Cuando el hombre salió del mar, se llevó el océano consigo".

Finalmente, mis recuerdos me llevan a los años 70, cuando por primera vez escuché una canción de una mujer en el mar, unas frases que decían:

“Te vas Alfonsina con tu soledad
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Y una voz antigua de viento y de mar
te requiebra el alma
y la está llamando
y te vas, hacia allá como en sueños,
dormida Alfonsina, vestida de mar
.”