lunes, 15 de agosto de 2011

El vecino de la casa de enfrente 3a parte


El vecino de la casa de enfrente 3a parte
Por Francisco Mundo.

Salió de la casa y cruzo a pasos gigantes el jardín, y sin abrirle la puerta le empezó a gritar desde antes de llegar.

-          “¡Pero esto si que es el colmo del cinismo! ¡¿Quién se cree Usted para venir a tocar mi puerta con tal desfachatez después de lo que me ha hecho?! ¡No puedo creer que venga ahora a tocar mi puerta luego de su cobardía y de todos estos meses de hacerme destrozos y golpear a mi pobre perro que me hizo llevarlo al hospital!!”

Esta vez la cara de la indignada mujer estaba llena del doble de la furia de hacia minutos.  Le gritaba al vecino con coraje desmedido y manoteaba sin medida para mostrar más esa desaforada ira fuera de toda medida.

-          “¡Pero no puedo creer que venga Usted a tocar a mi casa con todo lo que me acaba cobardemente de hacer! ¡¿Por qué no me abrió al puerta!? ¡¿Por qué no tuvo los pantalones para que le dijera sus verdades tipejo insolente?! ¡Y ahora viene tan campante a tocar con esa cara de mal nacido que tiene! ¡Simplemente no lo puedo creer…!

La otrora tierna, encantadora y formal mujer, ahora no hacía sino insultar sin ton ni son a un vecino que insólitamente estaba ahí parado, quieto, impávido, sin expresión, ni de odio ni de susto, ni miedo, ante las sonoras palabras de la vecina que ya empezaban a hacer salir a todos los vecinos de la cuadra para saber que sucedía, a qué tanto grito y groserías de quien no podían creer las estuviera diciendo…. El tráfico de la calle se detuvo, las personas se quedaron a cierta distancia a ver la escena y a escuchar a tan iracunda mujer parada frente a un hombre desaliñado y sucio que la veía y escuchaba indiferente….

Al cabo de un par de minutos la mujer ya tenía el cabello despeinado, la respiración acelerada, el rostro desfigurado.  Mostraba por primera vez en su vida una reacción que la sacaba de toda formalidad y de todas sus casillas. Se le empezaban a acabar los insultos, su repertorio no era tan grande pues jamás había tenido la necesidad de insultar ni con tanta intensidad.  Siempre de niña, adulta o casada, nunca había tenido la necesidad de vivir tan agrios momentos. Seguía con la respiración jadeante y volvía a gritar y reclamarle toda la serie de daños a su casa, a su correspondencia…. De momento cambió el tono de su voz a uno de llanto entrecortado… las lágrimas empezaron a salir nuevamente…. Los vecinos ahora si se acercaron un poco más… el hombre no cambió para nada su expresión de indiferencia y seguía callado….

Entonces se hizo el silencio…. La mujer lloraba más aunque se tapaba la boca para que fuera su solo silencio… ningún auto ni persona osaba cruzar por tan singular escena….

De repente…el tipo, con toda su crecida y sucia barba, con su ropa desaliñada, su gran vientre, con unos pantalones enormes que eran sostenidos por dos grandes tirantes puestos sobre igualmente sucia camiseta de tirantes… con todo lo despeinado que sus escasos pelos tenía tras una calva prominente, le dijo:

-          “Vecina….querría Usted dormir conmigo todas las noches?”

……

El silencio que siguió a esa frase fue indescriptible y guardaba el asombro de todos los que la oyeron……levantando la cabeza lentamente la mujer pasó de un rostro de llanto a uno de nuevo coraje envuelto de asombro indescriptible….

-          “¡¿QUE QUEEEEEEEEEE?!, ¡¿QUE SI QUIERO QUEEE????.......no lo puedo creer! Ahora sé porque ha hecho todo lo que ha hecho! Es porque está Usted demente! ¡Está Usted enfermo! JAJAJAJAJAJ eso lo explica todo.. JAJJAJAJA no podía esperarse de un tipo así nada mas que una locura! ¡Oh Dios! ¡He estado todo este tiempo de vecina de un tipo loco de remate…!.”

La mujer entonces se llenaba de risa con lágrimas de ver que el tipo no era más que un pobre demente capaz de ir a preguntarle -después de todo lo que había pasado-, que si quería a acostarse con él  no una sino todas las noches… los vecinos no reían, solo estaban con los ojos bien abiertos viendo el rumbo que la discusión estaba tomando…

-          “No estoy loco señora…. Le pregunté si querría Usted acostarse conmigo…”.

La mujer detuvo su risa. Lo miró fijamente como si estuviera en medio de un surrealismo inaudito. Esperaba entonces con mucha curiosidad qué es lo que diría más ese hijo del surrealismo que minutos antes le había embarrado la ropa y la cara de un olor pestilente…

-          “¿Le duele la espalda señora? ¿Siente que cada mañana despertara como si la hubieran golpeado? ¿Tiene acaso toda la mañana como una pesadez que no la abandona y le penetra en su animo y buen humor volviéndolo malo y molesto?”

La señora paso de un rostro estupefacto a uno increíble. No respondía nada, solo escuchaba a ese bodrio de hombre que le preguntaba las cosas como médico de hospital privado con bata impecable vestido de traje y corbata…con toda la seriedad que el caso clínico ameritaba.  Mentalmente, sin embargo, respondía a todo que si. Todas las mañanas despertaba como sino hubiera descansado, como si la hubieran golpeado, con la espalda destrozada y con dolores que no la dejaban durante el día hasta que iba a dormir y nuevamente así… ¿Pero qué tenia que ver todo eso con que el tipo le preguntara que si quería acostarse con él?

-          “Solo tiene que verme para saber si quiere acostarse conmigo…”
-          “¡POR SUPUESTO que no quiero acostarme con Usted! ¡Si es un hombre despreciable y horroroso! ¡¿COMO puede venir a mi casa después de lo ocurrido y preguntarme cosa semejante?! ¡Sería el último hombre del planeta con el que quisiera acostarme en toda mi vida!
-          “Sin embargo le duele la espalda…”
-          “¡¿Y qué carajo tiene que ver eso con que quiera hacer semejante cosa!?”
-          “Tan solo que Usted jamás aceptaría ir a la cama con su enemigo…¿O acaso no me considera su enemigo?”
-          “¡Por supuesto que es mi enemigo y el ser mas despreciable del mundo! ¡Malaya sea la hora en que me vino a tocar de vecino!”.

Entonces el tipo puso una expresión mas seria, más directa y terminante, la miró fijamente a los ojos y le dijo con ceremoniosa terminación:

-          “Lo que tiene que hacer señora es no dormir con el enemigo más… tire ahora mismo su colchón y compre uno nuevo, procure que sea de alta densidad de resortes, de más de 800 por mt2, que tenga soporte superior, totalmente ortopédico y que le den garantía de mucho tiempo… Usted no ve a su enemigo pero duerme todas las noches con él, por eso duerme tan mal y con consecuencias que le duran todo el día, hasta la noche en que va a acostarse con él nuevamente y sin chistar….véalo como me ve a mi, y piense que lo que él le hace es lo mismo que yo le he hecho todos estos meses… hágalo ahora mismo, limpie sus mejillas, seque sus lágrimas y vaya en su auto a la tienda, hoy mismo debe de dormir pero no con ese escondido enemigo…”

El vecino de la casa de enfrente terminó de decir todo eso con el silencio impávido de todos. La mujer no dijo más, solo lo vio con los ojos bien abiertos y con una sorpresa que le tuvo la boca entre abierta todo el tiempo que duró su receta. El hombre dio la media vuelta y se metió a su casa.  Todos los curiosos vecinos hicieron lo mismo y la mujer se quedo sola en la escena que así terminaba.

Entró a su casa y se quedó recargada en la puerta tras cerrarla lentamente y con la mirada ida. Tomó las llaves de su casa, tomó las de su camioneta, subió y arrancó para desaparecer en la calle que se encontraba en total quietud.

Continuará...

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