martes, 2 de agosto de 2011

Los parásitos


Los parásitos
Por Francisco Mundo.

  Recuerdo en el año de 1998 cuando en el puerto de Acapulco, México, en el mes de Octubre cayó un huracán llamado “Paulina” dejando en los días siguientes no solo media ciudad destruida y sin servicios, sino que el lodo arrastrado por el agua en cientos de toneladas hacia la parte baja del puerto se fue secando dejando las calles por completo llenas de polvo en grado sumo contaminado que el soplar el viento era potencialmente fuente de diversas enfermedades.  En esas condiciones estaban cuando los comerciantes de comida en la vía pública salieron inauditamente (subrayado) a vender junto a las toneladas de ese lodo ya seco que era una bomba de tiempo para la salud de la población.  Las autoridades sanitarias de inmediato quitaron todos esos cientos de puestos ambulantes de comida pero fue muy sintomático la incultura, el desconocimiento, la barbaridad y la inconsciencia de los vendedores y sus clientes para imaginar que comer en esas extremas condiciones no podría traer gravísimas consecuencias en la salud de los consumidores que irremediablemente padecerían de parasitosis, disentería o cosas similares.  Cabe mencionar esa experiencia histórica regional que sin huracanes, se repite quizá todos los días en algún poblado de nuestro continente.
La parasitosis es un problema de salud pública grave. Se presenta principalmente en países en vías de desarrollo y es propiciada por las condiciones de pobreza, de higiene en el consumo de alimentos, por las condiciones medio ambientales que propician tanto la existencia de focos de infección como el que los humanos sean factibles de contagiarse y enfermar en distinto grado que puede llegar hasta la muerte, o bien a cuadros patológicos que hagan de este padecimiento un fenómeno de salud pública casi imposible de erradicar aunque si mantenerlo a niveles considerables.  Los países desarrollados ya lo han hecho y la morbilidad en este rubro se ha transformado en una imperceptible enfermedad. Sin embargo, en países como América Latina, África  y Asía un elevado porcentaje de la población sufre de parasitosis aunque no alcance los síntomas fatales.  Y decimos que es un problema de salud pública que infiere también a conformar y accionar una serie de medidas de higiene y de educación de la población en alimentos en vías públicas hasta la preparación en casa, la prohibición de expendios que sean fuentes de contagio de la parasitosis.  En el caso de países como México, se está muy pero muy lejano ese nivel de considerar que una política de salud federal, estatal y regional en el expendio de alimentos no deba de ser en la vía pública, además de que la cultura de la población así lo permite. 
La O.M.S: (Organización Mundial de la Salud) estima que más de 2 mil millones de personas en todo el mundo, principalmente niños y mujeres embarazadas, están infectados por parásitos intestinales debilitantes.
El problema sigue aumentando y es uno de los problemas de salud más persistentes de hoy.  Los parásitos intestinales causan anemia, lactantes de bajo peso al normal, `malnutrición` y crecimiento retrasado mental y físico. El desempeño escolar y actividades de los niños son afectados. La productividad en los adultos se paraliza causando una carga económica enorme en las comunidades afectadas. Los parásitos intestinales se difunden fácilmente en condiciones sanitarias deficientes de las comunidades empobrecidas pero ningún ser humano está exento de infección.
Las enfermedades parasitarias suelen aparecer de un modo lento y el cuadro clínico se establece de forma gradual; sólo cuando el número de parásitos es muy alto o el sujeto es muy sensible, pude aparecer un cuadro agudo. Entonces hay fiebre, dolor, toxemia y otros signos físicos. Pero lo normal es que el  proceso sea subagudo y el sujeto comience con pérdida de peso, anemia, adormecimiento, febrícula y otros signos mal definidos. Luego, los síntomas varían de un sujeto a otro debido a la respuesta inmunitaria, los fenómenos alérgicos y el estado del sujeto.
Los parásitos pueden producir daño al hombre por diversos mecanismos específicos para cada especie, que puede ser por acción:
Mecánica: los parásitos pueden provocar obstrucciones u otras acciones mecánicas en el lugar donde se encuentran. A veces la acción obstructiva se debe al gran número de parásitos.
Traumática: ocasionada por los insectos hematófagos o el arador de la sarna, y por los helmintos que migran y lesionan los tejidos.
Expoliadora: el parásito se aprovecha de elementos nutrientes ya elaborados por el huésped. La acción expoliadora aparece en todas las parasitosis, y por eso puede cursar con una desnutrición del individuo o agravarla.
Tóxica: es la producida por sustancias químicas que secretan o vehiculan los parásitos. Un ejemplo es la acción tóxica de los venenos de arañas, garrapatas, escorpiones, avispas u hormigas.
Citopatógena: la parasitación por determinados protozoos de las células del huésped puede llevar a su destrucción.
Metaplásica o neoplásica: algunas parásitos pueden producir en los tejidos que parasitan una hiperplasia, primero, y una metaplasia o neoplasia, después.
Infecciones secundarias: las bacterias piógenas pueden invadir las lesiones producidas por las larvas de anquilostomas o las picaduras de insectos. Los virus pueden ser introducidos en diversas vísceras mediante parásitos invasores o en sus migraciones internas.
Los parásitos se caracterizan por tener:

Ø  Resistencia: los huevos, larvas o quistes de los parásitos se protegen con cubiertas de proteínas.
Ø  Capacidad de producir una enfermedad. Algunos parásitos son patógenos por sí mismos, y otros lo son, dependiendo de las características del huésped; esto hace que un mismo parásito pueda o no producir enfermedad. Por esta razón existen el portador sano y los parásitos oportunistas que se manifiestan en pacientes inmunocomprometidos.
Ø  Autoinfección: es la forma para que los parásitos permanezca por más tiempo en el huésped.
Ø  Prepatencia: es el tiempo que transcurre entre la entrada de los parásitos al huésped y la demostración de éste, o sus formas de desarrollo, ya sea por la observación directa, estudios bioquímicos, cultivos, etc.
Ø  Viabilidad: es importante que las formas emitidas al exterior por los parásitos sean viables a través de estructuras resistentes, tanto al medio como a los huéspedes intermediarios. Se asegura de esta forma la continuidad del ciclo de los parásitos y su permanencia.
Ø  Diapausa: es el estado en que muchas veces las larvas de los parásitos permanecen en el organismo del huésped en forma latente -encapsuladas o formando quistes- para evadir la respuesta inmunológica.
Ø  Longevidad: la longevidad de los parásitos admite dos formas: longevidad verdadera, cuando permanecen muchos años en un organismo; o perpetuándose -por medio de la autoinfección- aunque el parásito tenga vida muy corta.
Ø  Fecundidad: la capacidad para emitir determinada cantidad de formas parasitarias le sirve a los parásitos para perpetuarse
Ø  Evasión de la respuesta inmune: cuando los parásitos entran en un organismo éste trata de eliminarlo al reconocerlo como agente extraño, y aquél pone en funcionamiento una serie de elementos para evadir el ataque, y poder así permanecer en el huésped.
Ø
Principales parásitos intestinales:

Ø  Ascaris.  Son los parásitos intestinales más frecuentes en el hombre y afectan de forma permanente a un 20% de la población.  La transmisión se realiza mediante la ingestión de huevos fecundados del parásito que han permanecido durante varias semanas en ciertas condiciones de temperatura y humedad.  Son introducidos en el aparato digestivo humano a través de las manos o de frutas y verduras contaminadas con tierra.
Ø  La oxiurasis es la enfermedad causada por parásitos más frecuentes en los niños. Se trata de un gusano (oxiuro vermicularis) cuya hembra mide alrededor de 1 centímetro y el macho mide 0.5 centímetros. La transmisión es directa desde la persona enferma al sujeto sano.  Los huevos son transportados por las manos, tras el rascado anal y sólo muy excepcionalmente se encuentran en el suelo o en la ropa.
Ø  Giardia lamblia.  Es el parásito que produce la enfermedad conocida como giardiasis o lambliasis.  Las personas que tienen este parásito y no usan un sistema adecuado para "hacer sus necesidades", (letrinas sanitarias, tanques sépticos o red de cloaca) depositan en el suelo las materias fecales que contienen los huevecillos del parásito.
Ø  Entamoeba histolytica.  Es el parásito conocido como amebas, que produce la enfermedad conocida como amebiasis o disentería. Viven en aguas estancadas, charcos, lagunas y pozos de agua y debajo de las hojas en estado de descomposición. 
Trichuris trichura.  Es el parásito conocido como tricocéfalos, que produce la enfermedad conocida tricuriasis. 
Ø  Las personas infectadas que no usan la letrina sanitaria, contaminan el suelo con materia fecal, que contiene los huevecillos del parásito. 
Ø  Ancylostoma duodenale y Necator americanus.  Es el parásito conocido como anquilostoma, y produce la anquilostomiasis. Se encuentra en los suelos húmedos.  Entran al organismo, generalmente por la piel de los pies descalzos; penetran la vía sanguínea hasta el tracto digestivo y se pegan a la pared del intestino delgado, para absorber sangre, desarrollarse y multiplicarse. 
Ø  Taenia saginata (de la carne de res) Taenia solium (de la carne de cerdo).- Es el parásito conocido como tenia o solitaria, produce la enfermedad conocida como teniasis.   La tenia se transmite por el contacto de las manos sucias con los huevos de la tenia o solitaria y por la ingestión directa de los alimentos o el agua contaminada con huevos de solitaria

No hay comentarios:

Publicar un comentario